Es un templo barroco de influencia italiana que destaca entre las construcciones religiosas de la zona. Fue construida en el último tercio del siglo XVII, en época de los novenos duques de Villahermosa, los señores de Alcalá.

Respecto a su construcción, el exterior de ladrillo articula una fachada mediante pilastras de orden gigante. En ella destacan dos imponentes torres campanario y un remate en frontón curvo. Además, el templo presenta planta de cruz griega y el crucero está cubierto con una cúpula sobre pechinas con linterna. Los brazos de la cruz y el presbiterio están cubiertos con bóveda de cañón.

El interior del templo está cubierto de estucos blancos y en él destacan varios retablos. El retablo de la Trinidad, en el altar mayor, sobresale a los demás, aunque el más antiguo es el retablo de San Antonio de Padua, situado en el lateral izquierdo.