Está declarada Bien de Interés Cultural por el Gobierno de Aragón. Su Origen estaría en una iglesia románica del siglo XII. Se amplió en el siglo XVI, en tiempos de Don Alonso Felipe de Gurrea (1492-1550), durante este periodo se incorporan las capillas a ambos lados de la nave y el corredor que une la iglesia con el palacio ducal de Villahermosa. Pero el aspecto actual se debe a una remodelación de siglo XVIII en estilo neoclásico. De esta época son el crucero, la cabecera, la torre y la apariencia neoclásica de la fachada.
Estas sucesivas remodelaciones han conformado un templo con planta de cruz latina, de una sola nave y con capillas laterales entre los contrafuertes. Una preciosa bóveda de crucería estrellada cubre el perímetro de la nave central, y en el crucero, destaca una gran cúpula.
En el exterior se puede ver la altura de una torre que destaca sobre el complejo arquitectónico y se puede atravesar con un arco de paso de medio punto en su base.
La estrecha calle que da acceso a la iglesia dificulta la visión de la fachada principal, ideada por Juan de Villanueva. El cuerpo de acceso está formado por un arco de medio punto de triple arquivolta enmarcada por una moldura a modo de alfiz. Sobre éste un frontón curvo partido.
El conjunto ha sido declarado Bien de Interés Cultural (BIC) junto al palacio de los duques de Villahermosa.