Silvia Escamilla Jiménez (Madrid, 1998) encuentra en la guitarra clásica un refugio lleno de contrastes, de posibilidades, y de una carrera artística llena de talento. A sus veinticuatro años, la intérprete acumula no solo un extenso currículum, sino también galardones. Ha sido galardonada recientemente con el Tercer Premio del Visegrad Guitar Competition (2021) de Bratislava (Eslovaquia) y con el Primer Premio del Internationales Gitarrenfestival (2021) de Tubinga (Alemania).

Es Titulada Superior de Música en la especialidad de Guitarra Clásica (2020) y Máster en Interpretación e Investigación de Música Española (2021) por el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, con el profesor Javier Somoza. Ha cursado el Máster de Interpretación e Investigación de Guitarra Clásica en el Koninklijk Conservatorium de la Universidad de las Artes de La Haya, con el profesor Pavel Steidl (2022) y mención Cum Laude.

Actualmente, combina su dedicación a la guitarra clásica con un camino en el campo de la investigación científica. Hablamos con ella a su paso por el Festival Muribalta. 

Pregunta. Has centrado tu carrera musical en dominar el arte de la guitarra clásica, ¿qué particularidades tiene este instrumento que lo diferencien de otros (tanto de cuerda como otras familias)?

Respuesta. Destaca por su polivalencia. Una de las facetas más conocidas del instrumento es que es muy familiar, popular, se usa para acompañar… En España, sobre la guitarra, a pesar de lo popular que es, hay mucho que descubrir. Yo me dedico específicamente a la guitarra clásica, aunque también admiro profundamente a los que se dedican a la guitarra flamenca. Lo bonito de este instrumento es cómo se pueden tender múltiples puentes entre todas sus facetas.
Además, lo que más me llama la atención desde siempre es la paleta de color tímbrica que tiene, tan grande como una orquesta: puedes imitar muchos instrumentos en un instrumento muy pequeño.

P. ¿En qué matices debemos fijarnos cuando acudimos a un concierto de guitarra clásica?

R. A veces se insiste en la diferencia entre la guitarra clásica y la flamenca, pero ambas se parecen mucho: se diferencian en aspectos de construcción y en el tipo de piezas que se interpretan, pero en ocasiones, el público es el mismo.
La guitarra, aunque no tenga un volumen potente (si lo comparamos con otros instrumentos, el registro dinámico es más reducido), gana mucho en el color y en el timbre; y se puede explorar muchísimo en cada obra y en cada detalle.
También es un instrumento en el que puedes tocar muchas voces a la vez: es polifónico y nos permite tocar distintas melodías al mismo tiempo, creando una textura musical que, por ejemplo, con el violín o la flauta, resultaría más complicado o no es posible.
La guitarra puede ofrecer un concierto ella sola, se vale por sí misma, sin acompañamiento de un piano, por ejemplo:  podemos tocar melodía y acompañamiento al mismo tiempo. Es como una miniorquesta, como decía Andrés Segovia. |risas]

P. ¿Existe algún estigma popular en torno al instrumento? ¿en qué tipo de escenarios se los relaciona tradicionalmente?

R. Sí que es verdad que, cuando comentas con alguien de fuera del mundo de la música que tocas la guitarra, te preguntan: “¡Ah! ¿y también cantas?” [risas].

Normalmente lo asocian al canto y al acompañamiento de la voz, pero no como un instrumento solista. Aunque tampoco es algo tan extendido: hay mucha gente que se está esforzando por salvar este tópico con sus investigaciones y con sus actuaciones.

Nosotros los guitarristas estamos a veces muy acostumbrados a tocar en Festivales específicos solo de guitarra y me hace muchísima ilusión que la guitarra se escuche también en todo tipo de festivales y comparta conciertos con todo tipo de instrumentos.

P. Hablando de investigaciones, las tuyas están centradas en el diálogo entre la tradición y la modernidad en la composición musical, ¿a qué conclusiones has llegado hasta ahora? ¿qué es lo que destacarías de ese “diálogo”?

R. En el programa que he elegido para Muribalta, he seleccionado un repertorio de obras de Falla, Joaquín Rodrigo, Moreno Torroba, … que tienen principalmente como característica común la inspiración en elementos tradicionales, la inspiración popular y tradicional de la música española. He incluido una obra a la que le tengo especial cariño: Las Piezas Características, de Federico Moreno Torroba.

Si nos fijamos en los movimientos de esta obra, tienen nombres como Oliveras, Los Mayos, Albada… Son referencias directas a melodías, danzas y canciones. Investigando, descubrí (y a eso hago referencia en el artículo publicado recientemente en el último número de la revista Roseta de la Sociedad Española de la Guitarra) que Moreno Torroba se inspira en piezas populares de la provincia de Teruel, las mismas que el maestro Miguel Arnaudas recopiló en su libro Colección de Cantos Populares.

Me parece precioso ver cómo estos cantos populares se reescriben y reinterpretan con técnicas compositivas del siglo XIX-XX, de la Escuela Francesa, del Impresionismo… cómo se mezclan estas vertientes de la música con la creación popular.

P. ¿Las particularidades del espacio son importantes a la hora de apreciar todos los matices de las piezas?

R. Los factores que debemos tener en cuenta (ecos, reverberaciones… ) son los habituales, pero no determinantes. De todas maneras, a mí me encanta tocar en iglesias: me gusta mucho cómo suenan y cómo me siento interpretando en esos espacios. Es mágico.

P. Joven, mujer… ¿a qué situaciones te has tenido o te tienes que enfrentar en el mundo de la música? 

R. Fácil nunca es; más que nada, por la carrera escogida [risas]. Muchos años de estudio, muchas horas de dedicación… pero no me he encontrado con una dificultad añadida por ser mujer. Siempre he tenido apoyo por parte de mis compañeros y profesores. Creo que es algo que ha ido mejorando con los años, cada vez hay más mujeres en los conservatorios o dirigiendo.
Las mayores barreras que encuentro son las de ser joven: al ser una carrera tan larga, los resultados se consiguen más tarde que en otro tipo de carreras, ¡pero nos pasa a todos!

P. ¿Qué significa para ti interpretar “El eco de la tradición en la guitarra clásica española” en un espacio de Bien de Interés Cultural como lo es la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles de Pedrola?

R. Estoy muy contenta de poder formar parte de esta Segunda Edición, y tanto Carlos Bonal como Miguel y muchas más personas están haciendo un trabajo fantástico al poner en valor las raíces y lo tradicional. Algo que siempre está ahí, pero que no nos damos cuenta de su importancia.
Este Festival tiene un valor social y cultural muy bonito. Está permitiendo hacer partícipes de ello a todo el mundo. El público no solamente asiste, sino que participa y se empapa de cultura. Está al nivel de una iniciativa educativa y social muy, muy alta. Me siento infinitamente agradecida de poder participar en este proyecto.